Utilizando un telar vertical, improvisan formas, símbolos y patrones de memoria, creando piezas únicas llenas de historia y emoción.
Sentadas una al lado de la otra frente a un telar vertical, las artesanas avanzan a ciegas, guiadas únicamente por el recuerdo del gesto.
A medida que la alfombra se despliega y desaparece bajo sus dedos, cada nudo se convierte en una improvisación libre, llevada a cabo por herramientas ancestrales –peines, tarjetas, husos– y por el instinto de una transmisión viva.
Cada gesto, cada hilo, cuenta una historia de libertad, tradición y pasión.
Cada gesto, cada hilo, cuenta una historia de libertad, tradición y pasión.